martes, 3 de noviembre de 2009

Martirio legal


Seguramente nadie es capaz de recordar el numero de veces que se ha tenido contacto con la tortura, con mas o menos violencia, con mas o menos implicación en los hechos. Me explico: todos hemos visto decenas de películas en las que por alguna razón u otra se acaba viendo una situación violenta relacionada directa o indirectamente con el acto de la tortura. Todos hemos "torturado" a nuestros hermanos haciéndoles claudicar y pedir nuestro perdón reconociendo nuestra supremacía y cediéndonos el "poder" de cualquier objeto que consideramos nuestro.

La tortura ha sido una practica curiosa, a la vez que macabra, y ha tenido una importancia esencial a lo largo de toda la Edad Media. Por suerte, la tortura finalizó en el siglo XVIII, no obstante todavía sigue vigente en algunos países y en determinadas circunstancias. Por poner algún ejemplo contemporáneo, todos conocemos algunos casos de tortura en Guantánamo, en diversas cárceles sudamericanas, en algunos países centroafricanos o, simplemente, en situaciones en las que se necesita obtener información a cualquier precio. El clímax de la evolución de los métodos e instrumentos de tortura apareció con la Santa Inquisición. No me imagino como alguien puede llegar a inventar tales instrumentos y métodos tan macabros de torturar a las personas como los que se utilizaron durante el periodo de la Inquisición.

La doncella de Hierro era una especie de sarcófago provista de estacas metálicas muy afiladas en su interior, de este modo, a medida que se iba cerrando se clavaban en la carne del cuerpo de la víctima que se encontraba dentro, provocándole una muerte lenta y agónica. El potro, es un instrumento de tortura en el que la víctima, atada de pies y manos con unas cuerdas o cintas de cuero, a los dos extremos de este aparato, era estirada lentamente produciéndole la luxación de todas las articulaciones. Este método, se tiene constancia que se aplicó durante todo el período que duró la Inquisición en los países de Francia y Alemania. La Doncella de Hierro o el Potro son sólo dos de los numerosos instrumentos macabros que causaron tanto dolor y agonía a miles de personas considerados herejes, putas, brujas o homosexuales. La tortura existe desde el inicio de los tiempos y desafortunadamente sigue existiendo, solo que hay que quitarse la venda, abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor.


Sandra Fontanet

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