
Lo más triste es que siempre acaba pagándolo algún “desgraciado” que ha ido a disfrutar de una tarde de fútbol y termina la jornada en la camilla de algún hospital. No creo que sea justo tampoco culpar al equipo en sí ni a sus seguidores, ya que creo que aquellos que se refugian en el fútbol ( normalmente es el deporte donde más veces se suelen dar los casos), ni siquiera les gusta el fútbol e incluso creo que no serían capaces de recordar más de cinco nombres de los jugadores de su equipo. Estas son personas que se refugian en el interior de la celebración de las masas para poder convertirse en el Mister Hyde que en su vida diaria no saca. Y es que no entiendo como estos acontecimientos suelen ocurrir casi siempre en encuentros futbolísticos, es más, el 95% de los partidos se ha saldado con algún tipo de incidentes.
De todas formas es conveniente que el problema no es del deporte en sí, ni en las personas que les gusta y acuden a sus espectáculos, ya que esto es una forma de ocio y de entretenimiento. El problema está en aquellos que utilizan los espectáculos deportivos para poder esconderse entre las masas de gente y desde allí atacar violentamente contra cualquiera, solo por el deseo de practicar la violencia pura.
Sandra Fontanet
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