martes, 27 de octubre de 2009

¿Será este el principio del fin?


Ya no es “normal”, ya no es “permisible”. Los medios de comunicación se hacen eco, las instituciones actúan, la sociedad se solidariza. La violencia de género ya no es un asunto doméstico, privado, algo que permanezca únicamente en la casa y en los doloridos miembros de sus víctimas. Sin duda, hay puestas en esta lucha mucho empeño y muchas buenas intenciones pero, ¿son realmente efectivas? ¿Está disminuyendo la violencia hacia las mujeres? ¿O sólo ha aumentado el número de víctimas que se deciden a denunciar?

No es fácil saber con seguridad si hay más o menos violencia de género, ya que se trata de un asunto que muchas veces permanece oculto, silenciado por las propias víctimas. Y si nos basamos en el número de denuncias, los datos que se obtienen no son del todo exactos. Habrá mujeres que denuncien varias veces, mientras que las habrá que no lo hagan nunca, y si además consideramos las denuncias falsas, determinar el número de víctimas se complica todavía más.

En 2004 el número de denuncias por malos tratos ascendía a un total de 57.527, y en 2008 se presentaron 142.125. De estas cifras podría desprenderse que la violencia de género está aumentando, y de forma alarmante, además. Sin embargo, me resulta mucho más esperanzador pensar que lo que está aumentando es el número de mujeres que han decidido tratar de poner fin a su situación, que han empezado a confiar en las leyes, en las instituciones, en la sociedad que las ampara. Que lo que está aumentando es el número de mujeres que han empezado a rebelarse contra su dolorosa realidad, dando ese difícil (por muy simple que parezca) paso adelante para dejar atrás su cotidiana pesadilla.

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